Liderazgo

¿LÍDER O JEFE?

Pocos términos son más utilizados y, a la vez, menos entendidos en el mundo de la empresa como es el del liderazgo. Hay infinitas conferencias, artículos y libros que abordan este tema, aportando conocimiento, pero, en muchas ocasiones, también confusión. Siempre, desde que somos pequeños, hemos oído hablar del líder, de su importancia casi mística, sobre todo en el mundo de la política. El deporte también nos inunda con innumerables ejemplos, citándonos continuamente al líder de la clasificación, líder del equipo, líder de la etapa, etc.

Sin embargo, no siempre es un concepto bien entendido, ya que muchas veces se confunde liderar con tener la capacidad de dar órdenes: yo lidero porque alguien me ha puesto al mando de la organización. Esto es un error, porque estamos mezclando conceptos u olvidando cosas importantes. Quede claro que un líder también dirige o manda; un jefe, por el contrario, puede no ser un líder. Jefe es cualquiera a quien la organización dé poder para dar órdenes sobre un equipo, mientras que Líder sólo es aquel que se gana el derecho a serlo.

¿Qué es el liderazgo?

Stogdill define el liderazgo como el proceso de conducir las actividades de un grupo e influir sobre las conductas que sus miembros desarrollan. Kotter dice que liderar es el proceso de influenciar a la gente para que se empeñe voluntariamente en el logro de los objetivos del grupo. Chiavenato considera que es un proceso en el que el Líder ejerce la habilidad de influir y conducir a un grupo de personas, motivándolos a trabajar con entusiasmo hacia el cumplimiento de objetivos de la organización. Es decir: Influir y conducir. Exactamente.

Todas ellas consideran que liderar tiene un elevado grado de influencia en las voluntades de los demás. No se lidera con el miedo, la amenaza o la compraventa de beneficios, sean materiales o de otro tipo, sino convenciendo a los miembros de tu equipo de seguirte en tu “aventura”, empresarial o de cualquier otro tipo. La seducción del líder, como decía Valdano.

Hace ya años pudimos ver en los cines una película que en España se tituló “La selva esmeralda” (1985, dirigida por John Boorman).

En ella, un ingeniero estadounidense es contratado para construir una presa en el Amazonas, en un área natural en la que habitan diversas tribus indígenas aisladas de la civilización. El hijo del ingeniero es secuestrado por una de ellas, adoptándolo y transformándolo en un miembro más de ésta durante diez años. El padre del chico no dejará de buscarle hasta que, pasado el tiempo, logra localizarles e intenta convencerles para llevarse a su hijo de vuelta. En una de las escenas, el ingeniero habla con el jefe de la tribu para que convenza a su hijo de retorne con él a la ciudad, ya que el joven se niega a hacerlo. La conversación entre el jefe y el padre nos da una auténtica lección de lo que es liderar:

        Ingeniero: ¡Espera! Tú eres el jefe. Dile que venga a vernos. Él puede elegir.

        Jefe de la tribu: Si le digo a un hombre de mi tribu que haga algo que no quiere hacer, dejaría de ser el jefe.

¿Tiene un líder que dar órdenes?

Sí, por supuesto. Se lidera con exigencia, luchando por conseguir los objetivos marcados, por obtener resultados cada vez mejores. Pero, como ya hemos dicho, es sólo una parte de su labor.

Gestionar y liderar. Tareas y personas. Conocimientos y emociones. En el balance de ambas está la virtud del líder.

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