Resolución de problemas

BARRERAS A LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS I: LOS ERRORES DE PROCEDIMENTO

Todos somos creativos por naturaleza y, sin embargo, hay personas que son mucho más capaces que otras de desarrollar al máximo su capacidad creativa, debido a que poseen menos barreras mentales a la hora de buscar nuevas ideas, fuera de lo tradicional.

¿Cuáles son estas barreras y cómo nos condicionan? Las podemos dividir en dos clases: errores de procedimiento y trampas psicológicas. Hablemos ahora sobre las primeras.

Las organizaciones se han desarrollado durante décadas en una cultura que abordaba de forma muy particular los problemas que surgían en ellas. Encontrar una solución a los problemas consistía muchas veces en “normalizarlos”, es decir, tratarlos según las normas y la lógica predominante en ese momento. Sin embargo, la experiencia ha demostrado desde hace tiempo que esta paradoja de “normalidad” y de “irresolución” termina por atrapar y por paralizar.

Los errores más comunes que se producen en este sentido son:

  •  Confundir los síntomas con los problemas o trabajar en el problema que no es.

Un problema no es generalmente lo que manifiesta, así como la enfermedad no es la alta temperatura. Al confundir el problema con el síntoma, se contribuye a una simplificación de la situación. Esta lógica sintomática de tratamiento generalmente desemboca en “soluciones” apropiadas pero que operan entre “falsos problemas”, soluciones que terminan reaccionando muy negativamente sobre el problema real subyacente.

  •  Frente a un problema, aplicar sin más una solución ya elaborada.

Al aplicar una solución previamente elaborada a un problema nuevo, se desconocen sus condiciones específicas, sus causas, la singularidad de los actores involucrados y la efectividad de que el problema se resuelva con esta única solución. Al no generar una verdadera compresión del problema, la administración termina sobreutilizando y descontextualizando una misma solución.

La falta de etapas que permitan crear una estrategia de intervención termina por tener un alto costo en términos de funcionamiento del sistema. Una solución que no esté relacionada con las causas reales puede generar nuevos problemas, es decir, reaccionar negativamente sobre el sistema en su situación inicial. De aquí que, incluso disponiendo de “soluciones probadas”, termine por desgastar y desacreditar buenas ideas de solución que son aplicadas a problemas que requieren otras estrategias.

  •  Aplicar a todo tipo de problemas la misma solución.

En muchos casos, da la impresión de que las organizaciones tienden a restringir la gestión de problemas a la búsqueda de una solución única, prediseñada. El supuesto que fundamenta esta actitud es que las soluciones a un problema ya están creadas y que constituyen un conjunto finito y cerrado de herramientas a nuestro alcance. La mejora continua requiere posicionarse para innovar partiendo de los problemas, es decir, de las pérdidas de calidad, de los déficit, de las disfuncionalidades. La idea de mejora continua transitará por etapas que permitan idear alternativas de solución, combinar ideas en estrategias y decidir evaluando la eficacia y eficiencia de cada propuesta de solución para tratar el problema surgido.

  •  Dar soluciones singulares a problemas generales.

La cultura burocrática constituye una rutina de tratamiento de los problemas en la que se elude un análisis conceptual del problema. Un problema se trasforma en un caso puntual, en un expediente. Este tratamiento consiste en tratar los problemas “caso a caso”, sin relacionarlos hipotéticamente a partir de regularidades observables.

  •  Suponer que sólo existe una solución al problema.

El corolario final de las características anteriores es que, por lo general, a las situaciones problemáticas se les da una única solución o, llegado el caso, ninguna. Las restricciones externas limitan tanto como las propias autolimitaciones resultantes del enfoque burocrático que pone en marcha. El efecto acumulado que traduce este enfoque, es restringir progresivamente el espacio de acción y de intervención de la propia administración.

Para terminar, ¿cuáles son los estilos y actitudes que más dificultan la resolución de problemas? Podemos destacar los siguientes:

ü  Trabajar solamente y de forma permanente sobre los síntomas.

ü  Tenerle miedo a afrontar los problemas.

ü  Despreciar los problemas.

ü  Tomar decisiones sin reflexionar, sin comprender qué ocurre.

ü  Suponer y no analizar las causas.

ü  Falta de la claridad de las metas.

ü  Juzgar en lugar de indagar.

ü  Trabajar sobre lo urgente y no sobre lo relevante.

ü  Analizar y no implementar soluciones.

ü  Desvalorizar los espacios para el desarrollo de la creatividad.

ü  Fantasear con que todos los problemas pueden ser resueltos por una sola persona.

ü  Trabajar sólo para el corto plazo.

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